domingo, 21 de marzo de 2010

eso mismo


Ya exhausta aquella musaraña de tanto trepar azulejos se da por vencida, sin más ideas que la deslumbren no sabe como llegar a aquel cometa colorido que tanto llama su atención, sin más imaginación que su estado creativo, sin otro camino que el delirio intenta dejarse caer al vacío ¡NO! Susurro la comadreja y dijo ‘’Piensa en un laberinto que te lleve a aquel recinto con él cual busques una salida hasta llegar a aquel objeto llamado cometa’’. De esta musaraña nadie sabe su existencia pero ella lo ve todo con ojo virgen, observa todo su alrededor desde allá abajo, puede ver una biosfera completa en movimiento mientras se esconde a través de su pequeño tamaño, a gusto de ser invisible para lo que la rodea. Exactamente esa tarde de otoño con escombros ligeros de luz a las 4:17 PM. Martín un niño de 8 años de por ahí intentaba volar con la ayuda de 54 globos tecnicolores, en ese instante ocurrió su primera decepción al darse cuenta que la realidad es lo que ve, no lo que piensa. Camino a su hogar 4 hombres de cuerpos grandes y grotescos arreglaban las alcantarillas de la calle y ya con su rostro inclinado hacia abajo, Martín dejo caer cada uno de los globos por la alcantarilla, 5 minutos más tarde llegaban los globos volando libres como el viento hacia la musaraña y a costa de un solo impulso desprendió un salto hacía un globo turquesa , el cual voló y salió por aquel agujero hecho en los azulejos, pasando por el laberinto sugerido por la comadreja subiendo a lo alto de los edificios , pasando por la ventana de la habitación de Martín, elevándose tan alto como para alcanzar a todo tipo de pájaro, alzándose tan arriba como para llegar a toda cima, surcando sin limites hasta frenar en aquel cometa aterciopelado, multicolor. Con un destello de tantos la musaraña estaba tan encantada, tan convencida con su agraciado globo así que comenzó a reflexionar y pensar en si saltar a tan anhelada cometa ligada y aferrada a quizás a que objeto, persona o ser pero le gustaba más la idea de soñar y volar en tan esférico objeto hueco por dentro, con uno de sus tantos impulsos siguió y emprendió un viaje sin destino en tan extraño elemento que funciona a favor de su invisibilidad.

Gabriela Catalán Santana.

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