nos enfrentamos a nosotros mismos,
en la fatiga de cada mañana,
el descubrimiento y conocimiento
de la literatura que nos asombra,
el rechazo y poco talento de los cálculos obligados
la visión de una sociedad que perseguimos
para alcanzarla y mejorarla
la pérdida de sentido, de motivo
y de uno que otro cuaderno.
Caminar (juntos) la vereda de los sueños
perderte y reencontrarte con la mirada
compartir opiniones, lápices y café.
churumbélica
domingo, 23 de marzo de 2014
sábado, 18 de agosto de 2012
Para llevar a cabo esta serie de movimientos
es necesario más que un abrir y cerrar de pestañas.
Se requiere más allá que un instante de vacío
y un olvido de angustias.
Se comienza por identificar un rincón;
una banca en la plaza, el hombro del que se sienta a su lado en la micro
una cama enorme para estirarse, un pequeño nido donde acurrucarse,
el techo de un edificio gris, el pasto marrón bajo un sauce llorón
encima de la mesa junto a la copa de vino amargo,
en lugares que para usted resulte pertinente este acto narcoléptico.
Quieto ahí, fije la mirada en lo que para usted parezca el techo o el cielo
piense en que sería de su vida si ...
lo que hubiese pasado si no ...
imagine aquella oveja cliché que trae consigo una serie numérica
cuestione en su mente las preguntas más nihilistas y existenciales
Comience a dejarse caer, deje su cuerpo flotar,
sus ojos entrecerrar, hasta ya sin mayor esfuerzo
desprenderse de sí mismo
y volver al despertar.
es necesario más que un abrir y cerrar de pestañas.
Se requiere más allá que un instante de vacío
y un olvido de angustias.
Se comienza por identificar un rincón;
una banca en la plaza, el hombro del que se sienta a su lado en la micro
una cama enorme para estirarse, un pequeño nido donde acurrucarse,
el techo de un edificio gris, el pasto marrón bajo un sauce llorón
encima de la mesa junto a la copa de vino amargo,
en lugares que para usted resulte pertinente este acto narcoléptico.
Quieto ahí, fije la mirada en lo que para usted parezca el techo o el cielo
piense en que sería de su vida si ...
lo que hubiese pasado si no ...
imagine aquella oveja cliché que trae consigo una serie numérica
cuestione en su mente las preguntas más nihilistas y existenciales
Comience a dejarse caer, deje su cuerpo flotar,
sus ojos entrecerrar, hasta ya sin mayor esfuerzo
desprenderse de sí mismo
y volver al despertar.
domingo, 25 de septiembre de 2011
La mañana que se esconde
tu susurro que se esconde mil noches
Las mujeres brincando sobre cristales
los que debilitan el aliento
murmurando por atrás de los hombros
el que navega con alas y vuela con escamas
la carencia que habita en la mirada baja
cada conjunto volatil
explica y desierta tus pestañas
pestañas al hacecho que no deja
a la interperie una pupila
lunes, 22 de agosto de 2011
jueves, 23 de diciembre de 2010
lunes, 13 de diciembre de 2010
voy a salir para buscarte
PESTO
Se puede zarpar en el ímpetu del aliento a madrugada.
Conseguí un papel de fumar
y le confié la manera en cómo te estiras al despertar,
esa misma mañana presencie un ‘’no’’,
recién salido de tus dientes,
supuse como veinte veces
si vendría acompañado de algún desajuste oportuno.
Retrocedimos como naves tropezando en el fango
-siempre tan torpes- en definitiva, dar vueltas,
planeando alrededor de la mareada implosión.
Me creías encontrar el lugares como el edificio gris,
donde justo afuera un hombre toca acordeón,
en confiterías o lugares de ropa usada
yo más bien pase por la torre de treinta metros,
la banca camino a mi casa, la plaza con gente invitándome al vértigo, todo rodeado de una interminable colmena de palomas.
Pase al cabo de tres horas, y nada jugaba a inventarse,
se mantenía todo en un rumbo puro de espirales.
Conseguí un papel de fumar
y le confié la manera en cómo te estiras al despertar,
esa misma mañana presencie un ‘’no’’,
recién salido de tus dientes,
supuse como veinte veces
si vendría acompañado de algún desajuste oportuno.
Retrocedimos como naves tropezando en el fango
-siempre tan torpes- en definitiva, dar vueltas,
planeando alrededor de la mareada implosión.
Me creías encontrar el lugares como el edificio gris,
donde justo afuera un hombre toca acordeón,
en confiterías o lugares de ropa usada
yo más bien pase por la torre de treinta metros,
la banca camino a mi casa, la plaza con gente invitándome al vértigo, todo rodeado de una interminable colmena de palomas.
Pase al cabo de tres horas, y nada jugaba a inventarse,
se mantenía todo en un rumbo puro de espirales.
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